Entre el capricho y la fortuna




“ Un partido de futbol es más angustioso y dramático que otro juego cualquiera, porque, en él, el tiempo corre paralelo al tiempo de la existencia humana” – Juan Nuño.

En una nueva edición del libro “El Futbol a sol y sombra”,  Eduardo Galeano tendría que añadir un último capítulo titulado “Moi Muñoz, entre la muerte y la vida”. El arquero americanista libró la muerte después de un accidente automovilístico hace menos de un año. En la pasada final, el moribundo aquel, se lanzó de palomita para resucitar al América en un partido que parecía perdido. El moribundo, dio 30 minutos más de vida a su equipo para coronarse después del drama de los penales. En resumidas cuenta, Moisés llevó a su pueblo a la copa prometida.

Entre el capricho y la fortuna, está la física. Un balón al poste por parte del Cruz Azul que inexplicablemente no entró, y una pierna celeste que rebana el balón cabeceado por Muñoz, fueron lo que marcaron el destino del partido. La historia quedará marcada por el heroísmo de quien tiene obligación de parar los goles más no de hacerlos. Recordaremos ese gol con la imagen de Muñoz aventándose de palomita más que por el rebanón que dio el defensa celeste a esa pelota. Capricho o fortuna, a veces el futbol lo tendríamos que explicar por medio de la física.

Como buen pagano que soy, tengo una biblia titulada “Dios es redondo”. Yo le cambié el nombre a “El evangelio según Juan Villoro”. Este libro es un manual práctico para entender al futbol convertido en drama. Lo abro y trato de encontrar respuestas a lo que pasó ayer en el terreno de juego.  Trato de encontrar algo que de consuelo a la hinchada del Cruz Azul que agoniza arrodillada ante la cruz de la cooperativa cementera.  La  gloria y el drama. La muerte y la resurrección. Todo parece tan metafísico que los aficionados al Cruz Azul tendrían que susurrar “Dios mío Dios mío, ¿por qué nos has abandonado?” Quizá el budismo y su explicación sobre el Karma sean una mejor medicina para sanar su alma.

En el futbol, la física aplica no en base a la lógica. Hasta el día de hoy no conozco un estratega que intente por fórmulas matemáticas plantear sus partidos. El futbol es el ejemplo más claro para explicar la relatividad del tiempo. El tiempo que pasa rápido y el tiempo que pasa lento, expresado en  los mismos 3 minutos de compensación que se jugaron ayer. Un último tiro de esquina y al Cruz Azul se le olvidó recordar una de las frases más populares del argot futbolístico dicha por Don Fernando Marcos: El último minuto también tiene 60 segundos. Lo de ayer fue una mala conjugación de la física, la fortuna y el capricho en el lento pasar del tiempo en el reloj del Cruz Azul.  La relatividad del tiempo  condensó 180 minutos en tan sólo 30 segundos. La magia del juego, desafortunadamente para mi, no fue acorde a mi antiamericanismo, así es el futbol; al Cruz Azul no le queda mas que consolarse pensando, que cada final perdida es una menos para acabar con el karma de los últimos 15 años.

Que el gato Marín los acompañe...


Dedico las siguientes letras a todos mis amigos que le van al Cruz Azul... 


Soy parte de la irracional fanaticada que ve la vida desde la perspectiva de un partido de futbol.  Mi panza chelera y mi pierna izquierda coja, es la representación gráfica de un futbolista frustrado, que no le queda de otra más que ver futbol a través del televisor.  El futbol es una manifestación pedagógica, se nos educa a través de él. En mi casa se nos enseñaron dos cosas, el antipriismo y el antiamericanismo, a partir de ahí, podíamos ser hombres de bien.

El futbol tiene una magia especial.  Mis amigos y yo crecimos jugando al futbol, por lo que se convirtió en un lazo de unión constante a largo de 20 años. El futbol es el deporte más incluyente del mundo, aunque el capitalismo más salvaje pretenda hacernos pagar para poder disfrutarlo. El futbol sirve como opio en democracias tan insipientes como la nuestra; la mezcla de futbol y política ha logrado ganar copas del mundo a países gobernados por dictaduras: Argentina 1978 es el ejemplo.

El futbol está lleno de construcciones mentales hechas en base a la necesidad del mito. Esto es algo que me parece maravilloso. Todo fanático tiene la necesidad de inmortalizar las cosas, eso le da sentido al juego,  lo llena de esencia. Los ídolos se convierten en ángeles. Hasta en Nagashima, el equipo de futbol de los amigos en el cual jugamos desde 1997, tuvimos la necesidad de imprimir el número 57 en las mangas de uno de los muchos uniformes que hemos tenido. Aquel número era con el que jugaba nuestro amigo “El abuelo” quien falleció en 2001. Si Nagashima tuviera una barra brava, no dudaríamos en que “el Abuelo” y su mítico 57 colgarían desde las tribunas, así como el Gato Marín acompaña a la hinchada del Cruz Azul en todas sus batallas.

La construcción de mitos es indispensable para darle sentido al futbol. ¿Qué se puede decir de un equipo que en 32 años ha ganado un solo campeonato como lo es el Cruz Azul? ¿Qué se puede pensar de un equipo que en los últimos años ha perdido 7 finales y ha sucumbido en todos sus intentos por alzar la copa? En la relativa importancia que merece el futbol, o que le damos al futbol, el Cruz Azul parece tener una cita con la historia el día de hoy. Parece trascendental para una afición tan noble como lo es la del Cruz Azul, limpiar ese doloroso karma. Tal parece que el espíritu de Ángel David Comizzo ha acompañado todos estos años a la máquina, como alma en pena buscando venganza por el error de haber pateado la cara de Hermosillo en diciembre de 1997, donde por última vez, el Cruz Azul se alzara campeón. El Cruz Azul no se enfrenta al América, el Cruz Azul se enfrenta a sí mismo, se enfrenta al reto de reivindicar una historia. Si el Cruz Azul pierde, no le habrá ganado el América,  le habrán ganado sus demonios que se empeñan en convertir a un equipo con suma grandeza en un segundón.

Llegó la final. Grande es el Cruz Azul que puede volverse a parar en una final con la pesada losa de su pasado reciente. Grande es el Cruz Azul que no vive de decir “Ódiame más” mitificando, no la grandeza sino la arrogancia. Hoy, por la reivindicación de la afición del Cruz Azul, por la reivindicación de su historia, deseo, de fanático a fanático, de Chiva a Cruzazuliño, que levanten de una vez por todas la copa de la liga.  Suerte Cruz Azul, que el Gato Marín está con ustedes.

El estúpido futbol...




Corea del norte quiere madrazos.  Presumiendo su arsenal militar, intimidan a los Estados Unidos, dicen que están listos para un buen agarrón.  Leo la nota y pienso que todos deberíamos tragar saliva con dificultad, que nos deberían sudar las manos, que deberíamos ponernos a rezar. No me interesa saber el tipo de armas que tienen. Nada podríamos hacer ante una madriza campal entre estos dos animalitos bélicos.

En momentos como estos, es cuando defiendo la hipnosis colectiva que genera el futbol. El estúpido futbol. El opio del pueblo.  El adormecedor de conciencias. La farsa deportiva. En verdad prefiero ver futbol y pensar que rodando una pelota podemos reivindicar el orgullo. ¿Contra quien juega México?  Juega contra los gringos. Los gringos que tanto odiamos y a la vez, tanto veneramos consumiendo sus películas, su comida, su ropa, sus cafés, su estilo de vida en general. En verdad, prefiero ver futbol, por lo menos para distraerme unos instantes si es que acaso los norcoreanos hablan en serio y deciden jalarle.  Prefiero ver futbol y catalogar este partido como un asunto de seguridad nacional.  Imposible permitir una derrota en tierra azteca ante el acérrimo rival.  Es el clásico de la CONCACAF, partido de eliminatoria. Los fantasmas del mundial de Corea – Japón me rondan la cabeza. No viene Donovan, saco el aire con sensación de alivio. Le rezó al chícharo. No nos falles chícharo, nos falles pinche chícharo. En tus pies encomendamos el triunfo. En un remate de cabeza, como sea.

Prefiero ver futbol y odiar a los gringos por noventa minutos, prefiero pensar que nuestra historia se podría sanar gracias a Javier Hernández y compañía. Prefiero sacar los complejos frente al televisor. Recuerden gringos, PEMEX no se vende. A Europa hay que reconocerle que evolucionó, dicen que los europeos inventaron el futbol para odiarse sin hacerse daño.  Así es pinches coreanos, pónganse a jugar futbol contra los Estados Unidos y arreglen sus enormes diferencias en 90 minutos. 

Esos 22 del resto del mundo....



No hay nada más nostálgico, que juntarse con un cúmulo de futbolistas frustrados a ver un partido de futbol de élite. El televisor nos acerca a lo que jamás pudimos ser. Los que alguna vez soñamos con ser futbolistas profesionales, sólo nos queda jugar futbol los domingos con los amigos mientras las lesiones lo permitan, y alimentar la industria del futbol soccer mundial.

¿Qué putas nos puede interesar un partido Madrid vs Barcelona, si ni españoles somos? Me contesta un buen amigo: no te equivoques, los catalanes tampoco son españoles,  Catalunya (así con ny en vez de ñ) no es España. Hay miles de formas de ver el Madrid vs Barcelona: impulsados por la maquinaria mercadológica, así como el próximo domingo muchos veremos el Super Bowl sin ser fanáticos de la NFL; o quizá desde el morbo de la concepción política que separa a españoles y catalanes, y que sólo encuentran jugando al futbol, la forma de arreglar sus diferencias; o por la pasión que genera tomar partido en la necesidad de pertenecer a algún antagónico. Esta última explicación, me resulta lógica, en el mundo actual creo que muchas veces no buscamos identificarnos con algo, sino más bien, buscamos pertenecer a algo que se oponga drásticamente a otra cosa. Así me explicó mi amigo Víctor, el por qué del derrumbamiento del Madrid de Mourinho: al momento que Guardiola dejó la dirección técnica del Barcelona, Mourinho se quedó sin enemigo con quien pelear, su antagónico salió de escena.  

Hoy millones estaremos nuevamente pegados al televisor para ver una edición más del Madrid vs Barcelona. El partido de hoy toma protagonismo por encima de la catástrofe mundial. El partido de hoy es la representación más clara de la disfuncionalidad del mundo. El futbol es el deporte menos democrático del planeta. En la liga española se juegan dos torneos, uno entre el catalanes y merengues, y otro entre el resto de los equipos. Pongamos de ejemplo a la FIFA,  quien se comporta como empresa transnacional. No concibo cómo es posible que el Super Bowl lo podamos ver por televisión abierta y muchos de los partidos del mundial de futbol tengamos que pagar televisión satelital para poderlos ver.

Ejemplificando la palabra pasión, el futbol puede ser una de sus más claras expresiones. Pasión significa padecer, sufrir.  Por más tercermundista que sea un partido de  futbol (para ejemplo Gallos de mi natal Querétaro) veremos a un cúmulo de hinchas sufriendo por lo que inexplicablemente se le ha dado sentido. Así podemos explicar las peleas campales en un terreno de juego; el futbol nos desborda la pasión, rebasa todo tipo de razonamiento y deja de un lado la civilidad. El futbol es el ejemplo más claro de una patología colectiva, que tiene necesidad de encontrar alivio a un mundo que funciona al revés.  El debate estéril entre si es mejor Messi que Cristiano Ronaldo, ocupa las sobremesas familiares, la charla con los amigos y nos hace olvidar que hay cosas millones de veces más importantes que el debate que involucra a dos tipos que ganan sueldos estratosféricos.

 Ahí estaré otra vez más pegado al televisor viendo uno de los eventos deportivos con mayor cobertura en el mundo. Buscando alguna cantina que cuente con sky porque la industria lucra con nuestras carencias emocionales. Ahí estaré pensando que el barcelonismo representa la idea separatista hacia el estado español independientemente de la palomita de nike en su playera. Ahí estaré alimentando la mitificación de Messi, esperando el despertar final del crack que acabe con el eterno debate de si Maradona o Pele es mejor. Ahí estaré apostando algún libro con mi amigo Víctor, para que por lo menos la insensata pasión al futbol nos procure la lectura. Ahí estaré desconociendo a Hugo Sánchez y reivindicando a Rafa Márquez. Ahí estaré en mi lado más oscuro en la concepción del mundo, esperando que dentro de la crisis mundial, donde España resalta con letras rojas, Barcelona le dé nuevamente, cátedra al Madrid.  

Cronicas Futboleras...

Lindopio (crónicas futboleras) es un blog dedicado al deporte que enloquece a los pueblos, a los amigos, al mundo entero, un blog dedicado al futbol… Este blog pretende analizar, recordar, revivir, volver a disfrutar como volver a sufrir las épicas batallas futboleras del mundo, pretende ser testigo del acontecer diario de este deporte…


El Universal: VeFutbol