Esta entrada está dedicada a Carlos Candiani, a Sergio Camacho, a Curro, a Alberto Martínez y a Alejandro Soto... Queretanos que estuvimos en la trágica tarde de abril de 1994 en CU
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A ver si alguien se acuerda de esto:
Somos el mejor equipo de Futbol
Negro y celeste pinto mi corazón
Vamos a hacer goles que no nos vencerán
Somos el equipo del Querétaro…..
En el Corregidora les vamos a enseñar
que jugamos limpio y les vamos a ganar
Vamos a hacer goles que no nos vencerán
Somos el equipo del Querétaro….
Oeeee oe oe oeeeeee QUERETARO
OOOOEEEEEEE QUERETARO OOOOOEEEEEE
Pues este era el himno de aquel Querétaro de los Vázquez Mellado, que al inicio de la década de los 90 nos hizo vibrar, aquel Querétaro que empezó teniendo de centro delantero al piojo herrera y que jugaban de short negro con una playera de un color azul como pastel, luego cuando los Vázquez Mellado adquieren al equipo, le cambiaron el uniforme tipo Inter de Milan, short negro, con rayas negras y azules, como aquel campesinos de inicios de los ochentas, este Querétaro tenía al fraudulento banco confía como patrocinador.
Recuerdo esas épocas de Moriconi en el marco, el argentino Marchi en la defensa central, Victor Hugo Macedo en una lateral, el uruguayo Ostolza en la media de contención, el chema Ruiz llegó a jugar en este equipo, al igual que el yayo de la torre, posteriormente el portero de este equipo fue Ignacio Palau, el cual era una coladera, nuestro delantero estrella era Felipe del Ángel Malibran, que vivía en Quintas del Maques y que era vecino de un amigo de la secundaria que se llamaba Enock, recuerdo que cuando iba en primero de secundaria, le mandé una carta a Malibran… era mi ídolo…. Que pena ajena, peor de pena es que yo esperaba que un día contestara mi carta.
En la temporada 91-92 si mal no recuerdo, el descenso estaba entre Querétaro y Cobras de Ciudad Juárez, en un partido entre semana por se jornada doble, Ciudad Juárez nos vino a ganar al corregidora, creo pero no me hagan mucho caso, fue el momento que contrataron a Tomás Boy, y de ahí el Querétaro repuntó para salvarse del descenso.
Ese Querétaro como siempre nos hizo vibrar no por estar peleando por el título, sino por siempre estar sufriendo por el descenso; mi papá tenía cierta amistad con Jorge Vázquez Mellado, en la década de los ochentas ambos estaban en el PAN y ahí se conocieron, luego ambos se salieron del partido, cuando los Vázquez Mellado adquirieron el equipo un día mi papá se encontró a Jorge y lo invitó a que fuera el animador por medio del sonido local en un partido contra el Tecos en el Corregidora, al Querétaro ya los traía Tomas Boy como entrenador, mi papá se encargó en aquel partido de animar al público para que el público a su vez animaran con sus porras al equipo, ese día me sentí realizado porque Jorge Vázquez Mellado me metió de recoge balones a la cancha, y ese mismo día, como ya es consigna con los equipos de Querétaro, el arbitraje estuvo del nabo, con la siempre consigna de que Querétaro tenía que descender; por una pésima decisión arbitral, Jorge Vázquez se bajo del palco y se metió a la cancha a querer golpear al árbitro, fue suspendido no se cuanto tiempo de las reuniones de la federación. En ese partido contra Tecos el Querétaro empató pero ya no volvió a perder ningún partido como local. Recuerdo perfectamente que por la tarde llegué a graba Acción, y trataba de verme detrás de la portería de Moriconi como recoge balones. Compréndanme, tenía 12 años.
El último partido de esa temporada, fue contra pumas en el Corregidora, que un año antes había sido campeón contra el América, fue el último año de Luis García con Pumas antes de irse al Atlético de Madrid, era el pumas de Campos, de Suárez, de Ramírez Perales y el primer año de Tuca como entrenador de Pumas, ese partido Querétaro se dio el lujo de ganarlo, ya estaba salvado del descenso y venía jugando muy bien.
Este equipo no recuerdo si llegó a la ciudad en 1989, duró cerca de 5 años en el máximo circuito, hasta que en 1994, como siempre, tenía que descender y lo peor desaparecer, fue en un partido contra los Pumas en CU, fue la temporada 93-94, en ese partido nos jugábamos el descenso contra los reaparecidos Leones Negros de la U de G, que nada más hicieron la mala obra de descender al Querétaro, porque esa misma temporada ese equipo desapareció administrativamente del futbol mexicano.
En ese partido contra Pumas, Querétaro tenía que ganar para salvarse, dependían de ellos, en caso de que perdiera y de que la U d G, que creo enfrentaba al Atlas, perdiera también, se irían a un partido entre ellos en cancha neutral para ver quien descendía; si Querétaro perdía y la U de G ganaba, nos íbamos, y viceversa. Era una tarde de abril de 1994, no había pasado ni un mes del asesinato de Luis Donaldo Colosio, las campañas políticas estaban a todo lo que daban, ese día de abril me fui con mi hermano Curro a ver el partido a Ciudad Universitaria, nos veríamos en una estación del metro con dos de sus mejores amigos, con Alberto Martínez y con Alejandro Soto. Después de perdernos en el metro y lograr dar con la mentada estación nos lanzamos a CU en el cavalier de Alberto. CU para mí era nuevo, hasta el año 2001 conservé el boleto de esa trágica tarde para la afición queretana al futbol, porque en el 2001 me desprendí de muchos recuerdos que consideraba que era inútil conservar, entre ellos ese boleto. Aquella tarde de abril de 1994, recuerdo haber entrado a CU, vimos la salida de Pumas por su tradicional escalera, la sensación de ese equipo se llamaba Jorge Campos, el cual defendería el marco nacional para el mundial de 1994 el cual empezaría en unos meses, recuerdo que cuando anunciaron a Campos por el sonido local, la afición universitaria se volvió loca, las porras sentenciaba lo que sería el partido para Querétaro: QUERETAROOOOO, DESPIDETE DE LAS CANCHAS DE PASTO¡¡¡¡ grito la ultra o la plus o la rebel. Era una tarde soleada pero la maldición se hizo presente, y ¿por qué maldición? Porque el primer tiempo quedó empatado a cero, un rayo de sol impresionante pegaba a la porra del Querétaro, cuando digo un rayo es porque era un tarde despejada, completamente soleada y el sol alumbraba a la porra del Querétaro, presentía que eso era buen augurio, yo presenciaba el partido en una cabecera en la parte de abajo, no del lado del puma sino del otro lado, cuando empezó el segundo tiempo, Campos salió como centro delantero, en eso, la tarde se nubló completamente, de tener el sol cayendo a plomo, el estadio se vio gris y la lluvia se hizo presente, una lluvia combinada con un fuerte viento, en eso, un centro por el lado derecho, a la portería que defendía mmmmmmm ¿J, Guadalupe Velázquez? ¿esa es una prepa verdad? ¿Guadalupe Alonso? (Creo que ese fue el último portero de Querétaro,) Claudio Suarez apenas alcanza a rematar y fue el viento y la lluvia que hicieron que ese balón entrara a la portería, por los 15 años transcurridos de ese partido, no sé si estoy narrando el primer o segundo gol de Pumas, en menos de 20 minutos Pumas nos ganaba 2-0.
Aproximadamente al minuto 30 ó 35 , con la angustia de no saber cómo iba la U de G, Querétaro metería un gol, que en fe y en esperanza nos metía de lleno al partido, recuerdo a un Carlos de los Cobos, ahora entrenador de la selección de El Salvador, empapado dando instrucciones con el alma a sus pupilos, pero lo peor estaba por venir, no fue el 3-1 de Pumas, Querétaro estaba encima, el empate si mal no recuerdo nos mandaba a ese partido contra la U de G, y faltando 2 ó 3 minutos para acabar el partido, alguien del Querétaro tira de fuera del área o de los linderos, el balón pega en uno de los poste para rodar por toda la línea de la portería y pegar en el otro poste para que el destino injustamente dejará el balón no adentro, a fuera, en juego, para que siendo aún más cruel, el balón quedara en los pies creo de Robinho y éste, teniendo la oportunidad de empatar el partido, volara la bola para dejarnos a todos en un grito de frustración. Dos o tres minutos después, silbatazo final, Querétaro decendió, la leyenda de la maldición del Corregidora cobraba más vida…. Ese Querétaro nos hizo vibrar....
3 comentarios:
Te falto mencionar aquel mitico trebol de cuatro hojas en el centro de la cancha cuando se salvaron con tomas boy, q recuerdos aquellos
¡Qué días aquéllos! Recuerdo sexto de primaria y primero de secundaria, cuando Querétaro jugaba los sábados en la noche, era un placer que mi papá nos llevara al estadio, todo un ritual, comer hamburguesas, comprar un boleto de lotería de esos que hay que raspar (aunque no ganara nada) y como en esas épocas tus mejores amigos son tus primos, mi primo Paris iba con nosotros. Antes, con mi hermano, íbamos al Real de Minas a animar a los jugadores y a veces al Holiday Inn a pedir autógrafos de los visitantes, recuerdo a Jorge Campos ser muy amable, a Raúl Rodrigo Lara decirme que yo sería futbolista (qué equivocado estaba) y al Tuca Ferreti negarme una foto juntos y tampoco quiso firmar mi cuaderno. Ya en los partidos, siempre atrás de la portería de Moriconi. Un día nos cayó un balón cerca, mi primo fue por él y lo agarró, ¡era un sueño! Le pedí: déjame tocarlo, déjame tocarlo. Pero él no hizo caso y lo regresó a la cancha, para que sepan que importante es el futbol a esa edad, no le hablé a mi primo por más de un mes y siempre le reclamé ese momento. Del partido en C.U. recuerdo haberlo sufrido demasiado, aquel doble poste fue una lección de la vida que me dijo: niño, a veces, aunque quieras algo con todas tus fuerzas, no va a pasar… Recuerdo a mi papá, con el rostro desencajado decir: faltan dos minutos. Y mi primo y yo dijimos que todavía se podía, de hecho mi primo dijo: ¡gol por minuto! Mi papá le dijo que si eso pasaba le daba todo lo que tenía en la cartea. Nunca vi a mi primo apoyar al Querétaro como los apoyó esos dos minutos.
Al final, sólo nos quedó la anécdota.
Carlos...esas idas a los hoteles para apoyar a los futbolista eran la neta... tengo varias anecdotas de eso... saliendo del fray ira al holiday inn a buscar una firma .... ya te lo narraré.. y mil gracias por leer lindopio...
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